Nueva libertad


Tuve un sueño:

Un pajarito hizo nido en una macetita, en ella había un verde cactus.
El pájaro creció hasta que no tuvo más lugar para desarrollarse en la maceta.
Lo vi aprisionado, contenido, limitado. El cactus lo abrazaba.
Traté de salvarlo, para hacerlo tuve que desprender de la piel con plumas suaves una parte del espinoso cactus. El ave salió herida, estaba liberada pero herida, no volaba, no se movía casi, pero parecía aliviada en la novedad de la libertad.
Yo lo acariciaba con ternura, revisaba de paso su salud, su integridad.
Allí estaba como siempre A que se acercó y me hizo compañía.
Desperté inquietada y lloré.

(...)

15 de enero


Adela María

 

Regaba las plantas con tachitos

con agujeritos, (agujeritos que ella misma hacía).

Tendía las sábanas sobre las matas de margaritas dobles.

Lavaba la ropa con extracto de blanco

(que a simple vista se percibía azul).

 

Lavandera, tejedora, cocinera, labradora.

Incansable.

 

Puntual para servir la mesa y dar la comida.

Tenaz con la tierra que cultivaba.

Amorosa con sus nietas y sus tres hijos varones.

 

Olía a albahaca, uvas, harina y caramelos de ananá.

 

Tenía la piel delicada y el carácter fuerte,

un mechón negro sobre la frente en su melena plateada,

los cachetitos redondos color rosa… siempre.

 

Tenía, también, la generosa virtud de armar

los ramos de flores más hermosos,

¡más enormes!.

 

Tenía la capacidad de saber eso,

eso mismo que tanto deseábamos.

Y tenía un gallinero

(sin gallinas por los últimos tiempos)

Para que nosotras transformemos en casitas.