Todas las mujeres somos madres

Todas las mujeres somos madres es el título de una nueva serie de dibujos que, seguramente, darán vida a estampas, en la cual intentaré desarrollar el deseo/rol/imposición social/condición biológica/ideal///// ligado a la maternidad. Entonces elijo hablar a través de la imagen de "lo maternal" que anida en todas las mujeres de diferente forma, hayan parido o no.
Motivada definitivamente por el infeliz comentario de un hombre que me ha dicho "todas las mujeres después de los 30 están desesperadas por tener un hijo" inicio mi labor desde el lugar mas hermoso del genero femenino: la acción creadora.
Yo quiero ser madre. Ahora soy mamá amorosa de Grisel, mi gata, y madre orgullosa de mis pensamientos y acciones.
Joder!



1º Boceto. Fibra. 2015



Que se le conceda a la humanidad la lucidez de dejar de ver (solo) los contornos.

¿¡Cómo no vas a enamorarte de ella si es la propia belleza de la mujer imaginada!? Fina, dulce, delgadísima como una espiga y alta (mas alta que vos por cierto).


Me pregunto, apropósito de esta noticia de que te has enamorado, si existirán hombres que logren (deseen) correr los márgenes de la belleza ideal, exquisita y externa (principalmente externa). Si alguien encontrará belleza soñada en las cicatrices de mi cara, si dejará de ver el defecto de mi dentadura, si no centrará importancia en el diminuto tamaño de mis pechos, si logrará amar el desorden de mi pelo, la punta de mi nariz enrojecida cuando lloro, la chuequera leve de mis piernas, la inmensidad de mi espalda, la pequeñez de mis ojos.

Pues prefiero que se le conceda a la humanidad la lucidez de dejar de ver (solo) los contornos.

¿Qué hacer con las partes?


Collage de estampas 
2015



¿Qué hacer con las partes?
No se trata de reconstruir con las partes sueltas que han quedado de mí
Dispersas (disipadas) por ahí.
Tal vez sí exista el despojo.
Nada tengo, no se trata de tener.
Tal vez exista el despojo como rito de refundación. Como grado cero.
Nada espero ahora. Esperar no era una acción.
Tal vez exista el despojo desde donde saltar.
¿Salto que eleva?
¿Salto que deja caer?
Saltar y quedar suspendido, suspendida.
No se trataba de esperar, pero volví a esperar de mí, de vos, algo, qué.
Volví.
¿A dónde?
Ya no soy ninguna de esas partes desarticuladas que me mantenían clavada
 en el soliloquio.
“Sé que soy lento, que con vos fui más lento todavía” me dijiste.
Te regalo la parte que fui mientras duramos en ese presente. Acá está.
Tomá.


(Febrero 2015)