Manifiesto para futuro grupo de 4 mujeres grabadoras (borrador)

Proyecto para “Somos cuatro”

Puente Ahora/tiempo Puente

Río-sonido-ardor/der = fuego

Ecuación

Las ecuaciones nunca han tenido sentido para mí. Lo cierto es una incógnita  o una variable (¿)

Ese día hablamos del puente, de la idea puente o del puente como idea… si es una idea entonces creo que contiene otra idea esencial que es la de atravesar (a través de). Y atravesar implica transitar la vivencia como un hecho de máxima conciencia (creo). La conciencia de lo que no sabemos, la conciencia de lo que puede ser, la conciencia de lo que puede ser será hermoso, la conciencia de la duda, la conciencia de continuar a pesar de la duda, la duda como motora de sentido, el sentido es múltiple.
Somos cuatro partes de un todo dentro de otro todo y aquí la teoría de los conjuntos. Nunca fui buena en matemáticas pero la teoría aplica en nuestro caso. Somos cuadro autónomas partes enteras, somos cuatro con la energía de la unión y la realización, la reflexión sobre lo que es posible.
Si la idea puente implica atravesar entonces es claro que compromete movimiento y el movimiento es un hecho transformador.
Arder en el movimiento que transforma el hecho de atravesar un puente con el poder luminoso de lo posible
(Ahora y continuamente).
Arder.

La matemática es simple a veces.


Rincón favorito

Cuando aterricé en el departamento busqué algún lugar que tuviera pinta de rincón favorito. Había una ventana en donde la luz en determinadas horas del día dibujaba finas figuras y perfiles en la pared, fue entonces ahí donde acomodé el sillón y el resto de la dinámica de las cosas dependió de eso: libros, cajas sin abrir, pequeños muebles, algunos elementos del taller, entre otros paquetitos perdidos, armaban una ronda alrededor de la ventana prodigiosa. Ese se ha ido convirtiendo en mi lugar estratégico para pasar largas horas callada y sin música. 


El segundo día me senté ahí, casi por accidente, y me sorprendió un pedazo de cielo celesterosado atardecido. En ese momento yo no me encontraba sola pero logré la concentración suficiente como para contemplar y ausentarme. E entendía a la perfección mis largos ratos en silencio, solo cuando pasaba mucho tiempo me preguntaba, de un modo casi automático: ¿qué te pasa?, siempre mi respuesta igual de seca era “nada”, pero ese día, sin desviar la concentración y con una mueca de regocijo le dije: miro el cielo.

Pis

Cuando llegué a la playa con Lau ya tenía ganas de irme a casa (a la seguridad de la casa en Buenos Aires). Tenía mucho calor, ¡bah! todos teníamos mucho calor, el clima del mar estaba siendo sofocante por esos días, “enero siempre es bueno” dicen.
Igualmente llegué simulando calma, tendí mi lona y me fui automáticamente al agua. No soy de adentrarme mucho en el mar, más bien soy como las señoras y los niños que se quedan un poco más allá de la primera rompiente. Aprovecho entonces para que el agua, la espuma y los objetos extraños que trae el oleaje me masajeen las piernas.
En la orilla me reuní de nuevo con mi hermana, ella sonreía, yo también. Necesité decirle que me hacía pis como quien dice me pica o me duele o tengo sueño. Ella me dijo: “ah, pero yo hago pis en el agua”. Yo no dije ni si ni no, dejé mi cara con una mueca creo que de desconcierto, a lo que ella me dijo: “¿y dónde vas a hacer si acá no hay nada?. Le expliqué que el frío del agua me congelaba las ganas, que no me metía tanto al mar como para que me tape, que me daba cosa y bla bla. Fue entonces cuando ella me explicó su técnica con demostración y todo.
“¿Pudiste?” me dijo al rato de que unas cuantas olas nos revolcaron por la arena desatando nuestras mallas, “no” dije, “¡ah no, vení! no te vas a quedar incómoda toda la tarde”. Aproveché el envión y el empujón de Lau y seguí su consejo, hice fuerza al fin. “¿Pudiste?. Yo reía, las dos reíamos y reímos por un rato como niñas traviesas y nos quedamos mas tiempo entre las olas jugando.
- Estoy llena de arena, le dije.

      - ¡Vamos!

Carta breve

Hola.
Hoy recordé cuando volvíamos ebrios de alguna fiesta y cogíamos al lado del hogar.
Estoy saliendo con alguien ahora.
Esta noche me encontré sola y sin poder dormir así que me emborraché con una medida doble de whisky. Se me vino a la cabeza tu voz repitiendo siempre el mismo consejo: después de tomar comer pan antes de dormir, absorbe el alcohol y te evita la resaca.
Por suerte tenía pan.

Saludos a tu pabre.

Trepar

¿Nunca te subiste a un árbol? Me preguntó y lo dijo con un tono desesperado por saber de antemano que mi respuesta sería “No, nunca”, yo tenía 17 años. “¡AAAAH NOOO! ¡Crucemos a la plaza ahora TODOS! ¡¡hoy Melisa se va a trepar a un árbol por primera vez!!. Lo proclamó con alegría. (Estábamos en medio de una clase de la Cátedra de video) Todos se mostraron entusiasmados con la idea, entonces no me quedó otra que cruzar. Recuerdo difusamente lo que vino después, creo que llegamos cantando y creo que ni lo pensé de nervios nomás. Me parece que ni elegí yo a la especie que me ayudaría a superar el miedo. El me dijo “este”. Y me subí a un arbolito de la placita de Quilmes.
Cada vez que decido emprender acciones por primera vez recuerdo ese día y a mi amigo Manuel.