Nada es mágico.
Quiero decir, nada es de repente.
Acomodada a sus propios procesos
tal vez la magia esté solo
en algunos lugares…
En la idea constante de amar,
en la duda de amar,
en el llanto y la risa
de amor.
Así la magia es infinita
y breve, fugaz y persistente;
pero cuando la magia persiste
se oculta,
parece que se va…
tal vez el truco sea
que redescubramos de tanto
en tanto
las virtudes de un amor
que nos es dado cada día
y vive en pequeñas cosas
de lo cotidiano.
J.
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