El piso
10 se transformó en un encierro, en un abandono.
Teníamos
una casa y ya no nos tenemos.
Me
preguntan si lloré delante tuyo cuando nos despedimos y respondí que sí
¿acaso
existe otra forma de despedirse?
El
llanto lava la cara pero no corre la tristeza.
Desde
acá se oye el agujero que habita mi estómago.
A
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